
Thomas Young fue un niño prodigio que a los dos años leía con fluidez y llegó a dominar una docena de idiomas, además de contribuir decisivamente al descifrado de los jeroglíficos egipcios (sorprendente no?). En 1801 desarrolló la noción de interferencia ondulatoria, con ayuda de su célebre experimento de la doble rendija. Sin embargo, la prensa de la época, entre otros, le atacó ferozmente por cuestionar la autoridad de Newton. Young, apesadumbrado, llegó a redactar un folleto con el siguiente texto:

"Por más que venere el nombre de Newton no estoy obligado, sin embargo, a creer en su infalibilidad. Por eso veo, no con alegría sino, por el contrario, con gran tristeza, que él también podía equivocarse y retrasar quizás, su autoridad, en algunas ocasiones, el avance de la ciencia."
Solamente logró vender un único ejemplar de dicho folleto...
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